Una de las primeras aportaciones que se lograron para el desarrollo del concepto de capital intelectual fue cuando los productos y los servicios se basan en el conocimiento, se modifica radicalmente la esencia del negocio de la manera siguiente:
• La percepción del cliente cambia.
• Los ciclos de vida se reducen dramáticamente.
• Los costos de producción se relegan a segundo término.
• La empresa juega con la variable tiempo.
• El precio se tasa subjetivamente.
• El desarrollo del capital intelectual se convierte en la base de cualquier estrategia empresarial .
Desde esta perspectiva para Grant , la información es la materia prima y el conocimiento es el recurso mental mediante el cual se le adiciona valor no solamente a la empresa sino a la producción, expresado como mejora en el tiempo de entrega, incremento en número de funciones, mayor durabilidad, etc .
El párrafo anterior contradice el concepto de trabajo que se había desarrollado en las décadas anteriores apreciado como la agrupación de las tareas que debían realizarse en las crecientes fábricas y burocracias de las naciones en vías de industrialización; por tradición es cómo la gente normal obtenía su dinero y vivía, alcanzando cierto estatus, haciendo amistades, moldeando su sentido de pertenencia y construyendo esperanzas para un futuro mejor . Actualmente el concepto cambia tomándolo como la fuerza de trabajo, agentes libres, pequeños empresarios, contratados para proyectos específicos y tiempos predeterminados, según las necesidades de la empresa y del empleador . Por lo que el concepto de capital intelectual comienza a formarse junto con la percepción que se tiene del trabajo que se realiza en cualquier empresa en virtud de que estas necesitan mejorar y para lograrlo los estudios que se han llevado a cabo sobre la calidad, la producción, los costos, los precios, la estructura organizacional, etc., no han cumplido con los requerimientos del entorno para hacer frente a nuevos desafíos.
Joseph y Con comentaban que en lugar de especialización y antigüedad, el valor del empleado se medirá por sus conocimientos y experiencias generales, su flexibilidad, creatividad y capacidad para trabajar en equipo y que estas personas al saberse empleadas por tiempo corto tendrán las siguientes características:
a) Tratarán de aprender rápidamente y acumular nuevos conocimientos y habilidades, buscarán perfeccionarlas y utilizar tecnología que permita optimizar y simplificar su propio trabajo.
b) Serán flexibles y aprenderán a analizar rápidamente las situaciones que enfrentan (capacidad de adaptación).
c) Desarrollarán habilidades de negociación, solución de problemas y trabajo en equipo (evaluación de resultados).
d) Su trabajo no se medirá por las horas laboradas sino por los resultados pactados y logrados.
e) Tendrán mentalidad de proveedores que han sido contratados para una tarea específica, entrando a las reglas de oferta y demanda del mercado .
Sin embargo a pesar de que los trabajadores se enfrentan a las nuevas condiciones señaladas en los incisos anteriores, la situación laboral no cambia en virtud de que los empresarios todavía permanecen con una visión tradicionalista que frena en cierta medida las habilidades y capacidades de los trabajadores para desempeñar de manera óptima las funciones para las que cual fueron contratados.
Por lo que esta investigación pretende dar a conocer los conceptos del capital intelectual que manejan distintos autores; considerado por algunos como únicamente el inventario de conocimientos generados por la empresa expresados como:
a) Tecnología: patentes, mejora de procesos, productos y servicios.
b) Información: conocimientos de clientes, proveedores y competencia.
c) Habilidades desarrolladas en el personal: solución de problemas en equipo, comunicación, manejo de conflictos, desarrollo de la inteligencia.
Para Luigi el capital intelectual es la suma de lo que saben todos en la compañía y que estructurado, le proporciona a la empresa una ventaja competitiva en el mercado . Este conjunto de conocimientos debe ser renovable por que los cambios a los que se enfrenta la empresa son constantes, al mismo tiempo debe ser éste tipo de capital democrático ya que debe haber participación por parte de los trabajadores en la planeación de las actividades y en la distribución de los recursos para lograr alcanzar los objetivos de la empresa; asimismo para aprovechar el capital intelectual se tiene que estructurar, capitalizar y sistematizar la información.
El concepto de Capital Intelectual se ha incorporado en los últimos años tanto al mundo académico como empresarial para definir el conjunto de aportaciones no materiales que en la era de la información se entienden como el principal activo de las empresas del tercer milenio .
Según Brooking, el capital intelectual no es nada nuevo, sino que ha estado presente desde el momento en que el primer vendedor estableció una buena relación con un cliente y más tarde, se le llamó fondo de comercio y puede dividirse en cuatro categorías:
• Activos de mercado (potencial derivado de los bienes inmateriales que guardan relación con el mercado).
• Activos de propiedad intelectual (know-how, secretos de fabricación, copyright, patentes, derechos de diseño, marcas de fábrica y servicios).
• Activos centrados en el individuo (calificaciones que conforman al hombre y que hacen que sea lo que es).
• Activos de infraestructura (tecnologías, metodologías y procesos que hacen posible el funcionamiento de la organización) .
Lo que ha sucedido en el transcurso de las dos últimas décadas es una explosión en determinadas áreas técnicas clave, incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información y las comunicaciones, que nos han proporcionado nuevas herramientas con las que se han edificado en una economía global. Muchas de estas herramientas aportan beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no existían, hasta el punto de que la organización no puede funcionar sin ellas. La propiedad de tales herramientas proporciona ventajas competitivas y, por consiguiente, constituyen un activo, de esta manera con el término capital intelectual se hace referencia a la combinación de activos inmateriales que permiten funcionar a la empresa.
Edvinsson presenta el concepto de Capital Intelectual mediante la utilización de la siguiente metáfora: “Una corporación es como un árbol. Hay una parte que es visible (las frutas) y una parte que está oculta (las raíces). Si solamente te preocupas por las frutas, el árbol puede morir. Para que el árbol crezca y continúe dando frutos, será necesario que las raíces estén sanas y nutridas. Esto es válido para las empresas: si sólo nos concentramos en los frutos (los resultados financieros) e ignoramos los valores escondidos (todos aquellos que indirectamente generan un apoyo para lograr los frutos), la compañía no subsistirá en el largo plazo”. Edvinsson y Malone dividen al capital intelectual en:
a) Capital Humano. Corresponde al conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, y destrezas de las personas que componen las organizaciones.
b) Capital estructural. Conocimientos desarrollados y explicitados por las organizaciones, integrado por los siguientes elementos:
• Capital clientes. Activos relacionados con los clientes (marcas registradas, fidelidad del cliente, listas de clientes).
• Procesos. Referido a la forma como la organización añade valor a través de las diferentes actividades que desarrolla.
• Capacidad de innovación. Entendida como la capacidad de mantener el éxito de la organización a través del desarrollo de nuevos productos o servicios.
La clasificación anterior se puede visualizar en la figura 2.1 en la que el valor de mercado de un producto lo otorga tanto el capital financiero como el intelectual, siendo que a partir de éste último capital se ramifican los demás tipos de capitales que existen. Reafirmando según Edvinsson que no solamente los activos tangibles le dan el valor al producto como comúnmente se ha manejado, si no al contrario, el capital tangible es mínimo en comparación al capital intangible que muestra la figura 2.2.
Steward define el Capital Intelectual como material intelectual, es decir conocimiento, información, propiedad intelectual, experiencia, que puede utilizarse para crear valor. Es fuerza cerebral colectiva, es difícil de identificar y aún más de distribuir eficazmente. Pero quien lo encuentra y lo explota, triunfa. El mismo autor afirma que en la nueva era, la riqueza es producto del conocimiento. Éste y la información se han convertido en las materias primas fundamentales de la economía y sus productos más importantes. Al capital intelectual este autor lo clasifica en tres bloques:
• Capital Humano.
• Capital Estructural.
• Capital Cliente.
El Capital Intelectual es considerado como un concepto de stock que va relacionado con la medición de los activos intangibles (es un concepto contable) que generan capacidades distintivas, o competencias esenciales, a largo plazo. Para Euroforum , éste se compone de:
• Capital Humano.
• Capital Estructural.
• Capital Relacional.
Algunos autores equiparan al capital intelectual como capital humano, sin darse cuenta de que el capital humano forma parte del capital intelectual ya que además de los conocimientos hace falta integrar aspectos de tecnología y de organización. La teoría del capital humano la desarrolló Gary Becker en 1964, definiéndolo como el conjunto de las capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o específicos, de savoir-faire, etc. Ésta teoría distingue dos tipos posibles de formación:
a) La formación general. Esta se adquiere en el sistema educativo, formativo. El trabajador puede hacerla valer sobre el conjunto del mercado de trabajo. Por su parte, la organización no está, en modo alguno, impedida a sufragar los costos de formación de una persona, susceptible de hacer prevalecer esa formación en otra empresa dispuesta a mejorar la remuneración, lo que podría incitarla a abandonarla. Para evitar esto, la financiación de la actividad toma la forma de una remuneración más confiable. El acuerdo entre el trabajador y la organización consiste entonces en la renta, por parte de la empresa de la « fuerza de trabajo » de un lado, y la renta de formación del trabajador, por otro.
b) La formación específica. Adquirida en el seno de una unidad de producción o de servicio, que permite desarrollar al trabajador su productividad dentro de la empresa, pero nada o poco, fuera de ésta. En este caso, la financiación se asegura al mismo tiempo por la organización y por el trabajador. Durante el periodo de formación, el salario recibido por el trabajador es inferior al que hubiera podido recibir fuera de la empresa. Esta diferencia se valora por su contribución a la formación específica, pero permanece superior a su productividad en valor, libre de los costos económicos de la formación que expresa la contribución de la organización a la instrucción del individuo.
La noción de capital humano expresa la idea de un stock inmaterial imputado a una persona que puede ser acumulado y usarse. Es una opción individual, una inversión. Se evalúa por la diferencia entre gastos iniciales (el costo de los gastos de educación), los gastos correspondientes (compra de libros) y el costo de productividad, es decir, el salario que recibiría si estuviera inmerso en la vida activa, y sus rentas futuras actualizadas. El individuo hace, así, una valoración entre trabajar y continuar una formación que le permita, en el futuro, percibir salarios más elevados que los actuales. Se toma en cuenta también el mantenimiento de su capital psíquico (salud, alimentación, etc.), optimiza sus capacidades evitando no se deprecien demasiado, por la desvalorización de sus conocimientos generales y específicos o por la degradación de su salud física y moral, invierte con miras a aumentar su productividad futura y sus rentas .
Entonces el capital humano se puede considerar como una inversión, el individuo hará frente a la Ley de los Rendimientos Decrecientes, la cual describe las limitaciones al crecimiento de la producción, cuando bajo determinadas técnicas de producción se aplican cantidades variables de un factor o una cantidad fija de los demás factores de la producción, y al carácter irreversible de estos gastos.
Una vez presentada la diferencia en esta investigación entre capital intelectual y humano; reflexiono que el reconocimiento del capital intelectual en las empresas de nuestro estado será trascendental para su mejora interna y externa; hasta ahora las empresas no aceptan un contrato laboral con mayores beneficios para los trabajadores que tienen conocimientos, habilidades y destrezas únicas para el desempeño de funciones específicas en las organizaciones; más que en la medida en que ellas estimen que existen posibilidades de rentabilizar su inversión; otra situación es que el empresario acepte que el trabajador se capacite por lo que otorgará un salario que dará al finalizar el periodo de formación y será superior al salario de reserva del trabajador para empleos fuera de la empresa, pero inferior a su producción en valor, de tal modo que, al incitarle a permanecer en su empresa la diferencia con el salario dado representará la remuneración de la inversión en capital específico por parte de la empresa.
Así que, los cambios en los recursos humanos de la empresa se darán prioritariamente por la necesidad de adquirir nuevo conocimiento en cuanto al manejo de paquetería específica para el funcionamiento administrativo, a la aplicación de herramientas estadísticas para proyecciones en ventas, producción, manejo de importaciones y exportaciones, dirección de recursos humanos, financieros y materiales, etc., reconociendo al capital intelectual en esta década como de alto valor agregado para las organizaciones en la medida en que genera riqueza visualizándolo como un "activo" que debe gestionarse y valorarse como los demás.
Es por eso que en esta nueva economía, el capital intelectual proporciona un margen competitivo, sin embargo estos "recursos" son medidos con los mismos indicadores en cualquier parte del mundo produciendo fallas en cuanto a su interpretación; en virtud de que el contexto es distinto en cada país, más aún en cada región del estado de Oaxaca, por lo que este capital intangible al igual que los recursos físicos necesariamente deben ser valorados para mediciones de eficiencia, determinación de ingresos y valuación de la compañía.
El proceso de formación de capital intelectual debe ser una actividad de inversión económica del mismo orden que la formación de capital material. En el futuro la inversión primaria no será en terrenos, planta o equipo, si no en personal. Este hecho podrá marcar más la necesidad de llevar a la contabilidad este tipo de activos ya que estos recursos se convertirán en el más importante de las empresas.
Charles Handy, en su libro the Age of Unreason, propone que en un futuro muy cercano se contará con la mitad de la gente para trabajar, se les pagará el doble y su producción será tres veces mayor a la de ahora . Situación que se percibe actualmente por los avances tecnológicos a los que se enfrentan los empresarios y que están desplazando al ser humano de las actividades administrativas y productivas de las organizaciones; aplicándose básicamente en los países desarrollados y posteriormente repercutiendo en los países en vías de desarrollo. Cuando las potencias mundiales encuentran una tecnología que desplaza a la anterior, los países como México acceden a los rezagos tecnológicos que los países desarrollados ya no utilizan.
Como esta investigación propone conocer la relación entre el capital intelectual y la competitividad en las empresas manufactureras exportadoras de las regiones del Istmo, los Valles Centrales y el Papaloapan, existe un estudio realizado por René Villarreal acerca de la competitividad sistémica en donde define al capital intelectual como un activo intangible que no se compra y que se engrandece a través de las organizaciones inteligentes (de aprendizaje continuo e innovadoras) que permite crear la base para la ventaja competitiva , surgiendo de la interrelación del capital humano, informático y organizacional; asimismo propone el siguiente decálogo de los capitales de la Competitividad:
1. El Capital Empresarial
2. El Capital Laboral
3. El Capital Organizacional
4. El Capital Internacional
5. El Capital Logístico
6. El Capital Intelectual
7. El Capital Macroeconómico
8. El Capital Institucional
9. El Capital Gubernamental
10. El Capital Social
Es necesario considerar a cada uno de los capitales anteriores, puesto que al momento de interrelacionarse logran resaltar la competitividad de una región; sin embargo para este trabajo únicamente se utilizará al capital intelectual ya que ha cobrado gran importancia en el desarrollo competitivo de las empresas, requiriendo un ritmo sostenido de escalamiento tecnológico, que permita aumentar la eficiencia productiva de México y así volverlo más competitivo en el ámbito internacional, demandando la formación y capacitación de capital humano que permita a la empresa mexicana del nuevo milenio contar con mano de obra y mente calificada; puesto que en la economía globalizada como en la que vivimos no basta contar con mano de obra barata para ser competitivo. México tiene un programa para formar profesionales de alto nivel, impulsando el desarrollo de la ciencia en el país con la creación de proyectos que favorezcan y contribuyan a la formación de tecnología en nuestro país, sin embargo el gasto en Investigación y Desarrollo por parte del gobierno en el año 2004 fue inferior al 1% del gasto total ejercido según cifras publicadas en el Diario Oficial de la Federación , disminuyendo año con año.
Otra opción para que las empresas obtengan el éxito a través de sus trabajadores es aumentar el gasto en ciencia de manera significativa sí algún día el país aspira a ser tecnológicamente independiente; en estos momentos el gasto en el cual se incurre al importar tecnología resulta altamente costoso requiriendo de gente preparada, capaz de hacer y aprovechar al máximo la incorporación de ésta en la producción nacional .
Los autores citados en el transcurso de esta investigación tienen un concepto de capital intelectual con dimensiones no apegadas al 100% con respecto al comportamiento de las empresas mexicanas; por lo que se retomará el enfoque de René Villarreal; en virtud de que actualmente ha aplicado estudios en el territorio nacional; refiriéndose a la creación de conocimiento productivo o de innovación aplicado al negocio, por lo que permite crear la base fundamental de la ventaja competitiva sustentable en la nueva era del conocimiento con un cambio rápido y constante, complejo e incierto a partir de la globalización de los mercados .
En conclusión, una vez revisadas las percepciones de los distintos autores que se tienen del capital intelectual considero que es un activo intangible, es el cúmulo de conocimientos, capacidades, información y experiencia que tienen los integrantes de la empresa que deben estar organizados de una forma distinta a la tradicional que les permita crear, aprender y aplicar el trabajo desarrollado.
Escuelas Contables
Hasta ahora se ha mostrado el itinerario desarrollado por la contabilidad financiera desde sus inicios primitivos
, pasando por la primera civilización humana y las civilizaciones y culturas que le siguieron, describiendo en
forma breve autores y obras que contribuyeron a la evolución del registro contable, obras pletóricas de mucha
práctica y poca o ninguna teoría. Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando se inicia el despegue de la teoría
contable y la universalización de los métodos prácticos de captación de los hechos económicos, producto de
la creciente preocupación de la humanidad por la economía y sus consecuencias en la sociedad, aumentando de
por sí la importancia de la contabilidad financiera. Este siglo da nacimiento a numerosas escuelas de doctrinas
contables en muchos casos contradictorias, pero que contribuyeron al desarrollo de la etapa pre científica de la
contabilidad.
Escuela Cincocuentista
Después de la muerte de Edmond Degranges en 1818 se establece una escuela doctrinaria francesa contraria a
la "personificación de las cuentas" vigente desde la “Summa” en casi todos los tratadistas contables posteriores
a esta obra. Esta doctrina fundamenta el análisis contable en la teoría “cincocuentista" de Degranges. De
acuerdo con los cincocuentistas, las "cinco cuentas generales" se correspondían a otros tantos agentes en
quienes el propietario de la empresa confía la administración de ésta.
Escuela Lombarda
Francesco Villa (Milán 1801-1884), publica en Pavía en 1850 su obra "Elementi di amministrazione e
. contabilitá", por la cual se le considera el padre de la moderna contabilidad italiana. Su obra es el punto de
partida de una nueva concepción de la contabilidad, sobre bases completamente distintas a las
anteriores Considera la mecánica de la teneduría de libros un simple instrumento utilizado por la contabilidad
, ciencia de contenido y ambiciones mucho más amplios, que se integra como parte fundamental en el complejo
Organizativo de la empresa. El libro se divide en tres partes: Conceptos económico-administrativos, De la
Teneduría de libros y de sus aplicaciones más usuales, y finalmente Organización administrativa y revisión de cuentas. Desarrolla un estudio sistemático y profundo de la empresa desde le punto de vista de la organización, la división del trabajo, los objetivos perseguidos, y
los principios administrativos que deben orientar la manera de llevar los libros.
los principios administrativos que deben orientar la manera de llevar los libros.
Escuela ToscanaFrancesco Marchi (1822-1917) en su obra editada en Prato e n el año 1867 se atacaba a la doctrina de la escuela cincocuentista, que durante más de medio siglo había dominado la escena de los estudios de teoría contable en Europa. Para Marchi son cuatro las clases de personas interesadas en la vida de la empresa: el administrador, el propietario, los consignatarios y los corresponsales. Las cuentas son divididas en dos grupos: las de propietario, por un lado, y las cuentas que deben abrirse a los consignatarios y corresponsales, por el otro.
Escuela VenecianaFabio Besta (1845-1922) profesor de contabilidad en la Escuela Superior de Comercio de Venecia desde 1872 a 1918. Su obra "La Ragioneria", no fue editada en su totalidad hasta 1910. Su teoría de las cuentas se basa la obra de Francesco Villa. Los fundamentos de su teoría se avizoran en las contribuciones realizadas por Besta durante los cuarenta años anteriores. Por esto se afirma que la escuela veneciana pertenece al siglo XIX, aunque sus actividades se prolonguen hasta los primeros decenios del siglo XX. Besta plantea la contabilidad como la ciencia del control económico. Para Besta el patrimonio jurídico de una empresa no tiene por qué coincidir con el patrimonio económico; y la contabilidad debe ir encaminada a la medición de este último. Para evitar "personalizar" o no todas las cuentas Besta considera sólo el aspecto del "valor" de las cuentas. Toda magnitud material que pueda ser expresada en valor monetario es objeto de una cuenta.
Tendencias
Evidentemente, la evolución de las Normas de Información Financiera ha generado cambios en su conceptualización actual, lo
que ha contribuido a la mejora interpretativa de la información financiera de una entidad. Tan es así, que de una contabilidad originalmente realizada sobre la base del efectivo se emigró a una contabilidad en función a lo devengado; es menester señalar que los siguientes pasos direccionados para cambiar el enfoque normativo utilizado para los distintos tipos de transacciones y, sobre todo, para los cotidianos eventos económicos actuales que se presentan en una entidad –y que, a su vez, solicitan los distintos usuarios de la información financiera–, se basan sobre los valores de mercado con que la entidad opera, aunque éstos no necesariamente pueden representarse en todas las partes integrantes de los estados financieros, por lo menos hasta el momento. Lo anterior implicaría emigrar a una información financiera basándose en el valor razonable, lo cual se ajusta perfectamente a la tendencia internacional.
En la actualidad se han apreciado y mejorado las metodologías para realizar dichas determinaciones del valor razonable, analizando su estabilidad y buscando mitigar la implícita subjetividad que pudiera manifestarse en cada uno de los elementos de los estados financieros. Cabe mencionar que el valor razonable no es una consideración distinta al concepto de devengado, sino que es una precisión del mismo, sin embargo, bajo un criterio en muchas ocasiones menos conservador.
Hasta la fecha, la práctica en nuestra normatividad ha permitido el uso de valores razonables para ciertos instrumentos financieros, cuyo ciclo de realización es inmediato o casi inmediato; asimismo, propone el uso de valores razonables basados en valores de recuperabilidad para reflejar disminuciones de valor en activos de larga duración; sin embargo, se tuvo a bien eliminar la utilización de avalúos en el reconocimiento de valor de ciertos activos productivos, cuya cuantificación en términos monetarios contribuía, en muchos casos, a exigencias particulares de cada entidad para alcanzar, lo que en sus determinaciones consideraban el valor más apropiado (razonable), de acuerdo con el entorno de negocio en que se desarrollaba la entidad.
Como se observa, la emigración a dichos valores se ha tratado de realizar en forma conservadora y controlable, para permitir una estabilidad en la información financiera; también se busca, en la medida de lo posible, que dicha información sea comprensible para cualquier tipo de usuario y no se requieran consideraciones técnicas que tengan un grado inconmensurable de conocimientos para su adecuada interpretación. Lo anterior, sin estar exentos de las complejidades desarrolladas a la fecha por operaciones efectuadas en el mercado; el objetivo de la información financiera, por ende, es precisamente plasmar en un esquema básico de reconocimiento contable consideraciones que pudieran envolver un alto grado de complejidad.
Problemática actual
Por otra parte, la normatividad internacional se encuentra en un proceso de búsqueda en muchos sentidos para incorporar el valor razonable en el reconocimiento contable, encontrándose situaciones donde un alto grado de subjetividad implícita conlleva a la volatilidad de su valoración, no contribuyendo, por ende, a la imparcialidad de la información y creando, en algunos casos, manifestaciones de error contable, que en nuestro argot identificamos de manera peyorativa, a dicho concepto, como parte de una contabilidad creativa. Aclaro que la información financiera es una herramienta para la toma de decisiones y, en ese sentido, debe ser lo suficientemente creativa para satisfacer las necesidades comunes de los usuarios.
La consideración de valores razonables busca expresar, sin menoscabo, valuaciones de proyectos y de áreas del negocio en los estados financieros de una entidad. En principio, la posición conservadora de nuestra normatividad, sin sustraerse del todo de dichos valores de empresa y, sobre todo, sólo en condiciones que permitan un adecuado control, reconoce en algunos de sus conceptos de valuación tales determinaciones, siempre y cuando no trasciendan a la inestabilidad del proceso de informar.
En adición, como parte de la susodicha contabilidad creativa, también observamos que, en algunas ocasiones, ésta se deriva de una mala interpretación de la normatividad contable, lo cual ha dado lugar a que en ocasiones algunas entidades reconozcan activos que no suelen ser tales, al no cumplir con su esencia básica de proveer beneficios económicos futuros fundadamente esperados, controlables por la entidad o que excluyan de su identificación contable obligaciones contraídas por la entidad, mediante la creación de figuras “fuera de balance” o, en otros casos, anticipen reconocimientos de ingresos que les permitan alcanzar resultados comprometidos, que a la postre redunden en fraudes contables y debiliten el proceso de informar. Uno de los vehículos utilizados por las entidades para concebir figuras “fuera de balance” es una Entidad para propósito especial.
Modificaciones a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) en Vigor a Partir de 2005 e Impacto en la Normatividad Mexicana.
Los principales objetivos del proyecto fueron:
v Reducir o eliminar alternativas, redundancia y conflictos entre las normas.
v Manejar algunos problemas de convergencia.
v Introducir otras mejoras.
Se han publicado cinco NIIF, dos en vigor en 2004 y tres en 2005:
v NIIF 1 - Adopción inicial de las Normas Internacionales de Información Financiera (2004).
v NIIF 2 - Pagos basados en acciones (2005).
v NIIF 3 - Combinaciones de Negocios (2004, sustituye a la Norma Internacional de Contabilidad –NIC– 22).
v NIIF 4 - Contratos de Seguros (2005).
v NIIF 5 - Activos No Circulantes Conservados para la Venta y Operaciones Discontinuadas (2005, sustituye a la NIC 35).
Las revisiones a las NIC y las NIIF nuevas que entrarán en vigor en 2005 eliminan varias diferencias importantes entre las NIIF y los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA). Las revisiones y normas nuevas no crean ninguna diferencia nueva que se considere muy importante.
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